En la época en la que vivimos perder tu trabajo por un tuit es posible. Cuida tu reputación online y ojo con lo que publicas.
Sí, puedes perder tu trabajo por un tuit. O por un comentario en Facebook, Instragram o cualquier red social. Las empresas cada vez tienen más en cuenta qué es lo que publican sus empleados o futuros empleados en las redes sociales. Es por esto que debemos labrarnos una buena reputación online y evitar, en la medida de lo posible, escribir sobre temas polémicos, criticar el trabajo o al jefe y cualquier falta de respeto o insultos en redes.
Y para que esto quede claro, qué mejor que recurrir a ejemplos reales de gente que ha perdido su empleo debido a sus comentarios en Twitter. Aquí os dejo nuestra pequeña recopilación:
Si eres político, cuidado con tus tuits.
El caso más sonado recientemente en nuestro país. Guillermo Zapata es guionista, cortometrajista, novelista y también político. En las elecciones del pasado mayo se presentó formando parte del equipo de Ahora Madrid, liderado por Manuela Carmena, actual alcaldesa de Madrid. Pocas horas después de su toma de posesión como concejal de Cultura, estalló la bomba. Unos tuits escritos en clave humorística (humor negro, pero humor al fin y al cabo), con más de 4 años de antigüedad, fueron los protagonistas de esta polémica. En tan solo unas horas las capturas de estos tuits se extendieron rápidamente por las redes sociales y los medios de comunicación, siendo muchas las personas que pedían ya su dimisión. Como consecuencia de ello, Zapata renunció a la concejalía de Cultura, aunque permanece en el equipo municipal como concejal presidente de los distritos de Fuencarral-El Pardo y Villaverde. Un ejemplo claro de cómo el humor en redes sociales puede pasarte una mala jugada, llegando incluso a hacerte perder tu trabajo.
Cómo perder tu trabajo antes de empezar
Si no tienes empleo, pero lo estás buscando, ten cuidado. Puedes perder tu trabajo incluso antes de empezar. Esto es precisamente lo que le ocurrió a una joven norteamericana el pasado junio. Tras conseguir un puesto en una pizzería, esta chica texana, en un alarde de madurez (nótese la ironía), no dudó en dedicarle unas “bonitas palabras” a su nuevo empleo mediante Twitter: “Ew I start this fuckass job tomorrow”. Poco tiempo después el dueño de la pizzería vio el tuit y no dudó en responderle por el mismo medio, despidiéndola en el acto a través de la misma red social. "No, no vas a comenzar ese jodido trabajo hoy. Te acabo de despedir. Buena suerte con tu vida sin dinero ni trabajo”. Estas fueron las palabras de su efímero jefe, Robert Waple. Lejos de mostrarse arrepentida o avergonzada, publicó otro mensaje en la red en el que se reía por haber sido despedida vía Twitter. Está claro que en este caso no debía de necesitar mucho el trabajo, pero igualmente podemos aprender una gran lección sobre qué debemos decir y qué no en las redes sobre la empresa para la que trabajamos o vamos a trabajar.
Los tuits racistas no deben formar parte del equipaje
Os mostramos un ejemplo de cómo perder tu trabajo y reputación y ganarte miles de enemigos en menos de 144 caracteres. Ya sabemos que el humor negro es muy subjetivo y polémico. Lo que para unos puede ser una broma para otros es un comentario hiriente y fuera de lugar. En el caso del tuit de Justine Sacco yo creo que , si su intención era hacer una broma, debió entenderla solo ella, pues ni con mis mejores gafas de “humor negro” consigo verle la gracia. Aunque como ya he dicho, es algo subjetivo. Justine Sacco era responsable de comunicación de un gran grupo tecnológico, y digo era porque perdió su trabajo a raíz de publicar un tuit racista antes de viajar a Sudáfrica. Su mensaje fue el siguiente: “Voy a África. Espero no pillar el SIDA. Es broma. Soy blanca”. Pese a que ella solo contaba con 170 seguidores, el tuit no tardó en hacerse viral, sobre todo después de que el escritor Sam Biddle lo retuiteara, llegando así a sus 15000 seguidores. La indignación prendió como la pólvora en Twitter, llegando incluso a crearse un hashtag #HasJustineLandedYet y un dominio JustineSacco.com con el objetivo de conseguir donaciones para la lucha contra el Sida. Está claro que no hay mal que por bien no venga, ¿no?
El cómico al que le salió la broma cara
Y seguimos con el humor negro, esta vez de la mano del cómico Gilbert Gottfried. Se podría pensar que un profesional del humor sabría reconocer mejor donde están los límites antes de publicar un tuit polémico, pero no fue el caso. Para contextualizar su mensaje debemos volver atrás cuatro años y recordar el tsunami que azotó Japón en marzo de 2011. Más de 15000 personas perdieron la vida y los daños materiales fueron incalculables. ¿Y cuál fue el más que desafortunado tuit que hizo que Gilbert Gottfried perdiera su empleo? “Japón está muy avanzado, ellos no van a la playa, la playa viene a ellos”. Juzguen ustedes mismos.
Críticas constructivas que se vuelven en tu contra
El protagonista de esta historia es Daniel Cana Moya, ingeniero especialista en tiendas online, que dejó atrás su vida en Madrid (trabajo y casa incluidos) para trasladarse a Barcelona y trabajar como Project Manager Online en el Fútbol Club Barcelona. Todo un sueño para este culé de origen madrileño. Pero en su segundo día de trabajo, Daniel es despedido. ¿El motivo? Unos tuits antigüos en los que Daniel criticaba la gestión del anterior presidente del club azulgrana, Sandro Rossell. Pese a que en sus tuits ni insultaba ni faltaba al respeto, fueron razón suficiente para que le comunicaran su despido desde RRHH, alegando que “no había superado el periodo de prueba”.
Errores de juventud que no se perdonan en Twitter
Y de un aficionado al fútbol pasamos a un futbolista . Julio Rey tenía solo 17 años en 2012. Con esa edad tan temprana es fácil entender que no pensara en las consecuencias de publicar un tuit insultando al Deportivo de La Coruña y seguro que muchos de vosotros le perdonaríais el desliz. No es el caso del club coruñés, que ha decidido no fichar al futbolista debido a este tuit..Sus razones son estas: "El Deportivo entiende que un jugador merece vestir la camiseta blanquiazul si es un ejemplo de deportividad, respeto por los rivales, compromiso y sentimiento positivo hacia el Dépor, sus colores, su escudo y los valores que la institución representa". ¿Qué os parece?
Otros ejemplos
Es fácil encontrar ejemplos de cómo perder tu trabajo en 144 caracteres, pues es cada vez más común que ocurra, de ahí la importancia de cuidar nuestra reputación online desde el primer momento en el que tenemos presencia en redes sociales. Otros ejemplos de tuits que han salido muy caros son los siguientes:
- Una de las extras que participaba en la serie televisiva Glee publicó unos tuits haciendo "spoilers" sobre capítulos que todavía no se habían emitido. Fue despedida de inmediato.
- Un conocido jugador de béisbol profirió insultos racistas hacia jugadores de otro equipo, lo que le llevó a perder su empleo como comentarista.
- Y de EEUU pasamos a Suiza, donde una trabajadora de seguros informó a su empresa de que no podía trabajar debido a que tenía migrañas y no podía usar el ordenador. La pillaron actualizando su perfil de Facebook varias veces durante la mañana.
- Una profesora estadounidense fue despedida tras insultar a sus alumnos en Facebook y afirmar que los odiaba.
- Una mujer inglesa afirmó en su perfil en Facebook que se aburría en el trabajo. Sus jefes le respondieron invitándola a buscarse otro trabajo en el que no se aburriera tanto.
Esto es todo por ahora. Queda claro que hay que pensárselo dos veces antes de publicar un tuit que pueda ser polémico y que lo inteligente es no criticar a tu jefe o trabajo en las redes sociales, pues es fácil que se haga público. ¿Un último consejo? Cuando era pequeña y decía algo ofensivo, aunque fuera sin querer, mi madre siempre me recordaba esta frase de Tambor, el adorable conejito de la película Bambi: "Si al hablar no has de agradar, te será mejor callar”. Probemos a ponerlo en práctica ;)