Post actualizado a septiembre de 2016.
¿Estáis hasta las narices de los trolls en Twitter? Puede que estén a punto de desaparecer.
A todos se nos ha quedado grabado en la memoria la acción de uno de esos trolls en Twitter, que en el año 2012 publicó los números de teléfono de casi un centenar de famosos españoles. Una muestra del poder de estas figuras cibernéticas, que pueden hacer temblar la reputación online de cualquier usuario particular o marca en cuestión de pocos caracteres.
Para los que no los ubicáis, hablamos de aquellas cuentas que tienen como objetivo trastocar una comunidad –en este caso la red más famosa de microblogging- a través de la publicación de mensajes sarcásticos, salidos de tono, que buscan que los usuarios inicien una pelea o enfrentamiento, bien entre ellos, bien contra el objeto de dichos mensajes.
Pero, afortunadamente, la tecnología ha avanzado notablemente y a día de hoy podemos augurar que los trolls en Twitter pueden tener los días contados. De hecho, son ya varias las iniciativas, materializadas en aplicaciones, que buscan perseguir estas cuentas, facilitando a los usuarios la denuncia de los contenidos que las mismas vierten. Como agencia de social media claro que nos preocupa esto y ahora te hablamos un poco más.
Una de las alternativas que más calado tuvo en este sentido fue la aplicación Trolldor. Ahora mismo la aplicación ya no existe, pero en su día funcionaba a modo de blacklist de trolls en Twitter a nivel mundial –nuestro país incluido-, almacenando todos los trolls que estaban registrados en esta red social. Además, permitía la posibilidad de que cualquier usuario reportase una cuenta como troll. La idea era que todos los usuarios contribuyeran entre sí a construir una comunidad internauta más segura y cómoda.
Seguro que esta última afirmación ha sonado mucho más brusca de lo que realmente es. De hecho, la aplicación requería de los reportes de varios usuarios antes de que las cuentas fueran señaladas como trolls en Twitter, evitando así que el reporte de usuarios no se llevara a cabo sin sentido. De la misma manera, aquellos que se dedicasen indiscriminadamente a marcar trolls podían ver suspendida su cuenta y, por tanto, su actividad. Con esa actitud se habían convertido ni más ni menos que en trolls ellos mismos.
La aplicación nos mostraba una serie de parámetros, los cuales, de ser sobrepasados, nos indicaban que nuestras sospechas se habían confirmado y estábamos frente a verdaderos trolls en Twitter.