Para este objetivo, las herramientas que Internet pone a nuestro servicio son variadas, económicas y ofrecen múltiples beneficios. La eficiencia basada en la rapidez de respuesta es el principal.
Repasemos algunas ideas que pueden ayudar a mejorar nuestra eficiencia gracias a la red:
Adelantarse a las necesidades
Contestar a tus clientes de forma rápida y precisa debe convertirse en una prioridad. Para ello, publicar una lista de preguntas frecuentes puede ser una buena idea. Si además les facilitamos el seguimiento de la evolución de su proceso de compra y reciben actualizaciones de información periódicamente, la calidad del servicio sube enteros.
Posicionarse en Internet
Facilitar que los clientes nos encuentren en la red es fundamental. Para hacer más accesible nuestra web a los clientes, es necesario mejorar su posicionamiento en buscadores (SEO).
Facilitar el contacto
Ayudar a los clientes a contactar con la persona más idónea para responder sus dudas es importante. Para ello, una buena opción es instalar sistemas que permitan a los trabajadores reenviar e-mails al departamento preciso sin alto coste. Además, lo primordial es que la información de a quién debe ser redirigido el cliente esté siempre clara.
Mantener los datos seguros y accesibles
Cada vez que un cliente se pone en contacto con nosotros deberíamos poderle responder con toda la información que tengamos en nuestra mano y hacer que esa respuesta sea totalmente personalizada. Pero, si estos datos son de fácil acceso para los empleados, deben estar celosamente protegidos.
Premiar la lealtad
La red es una herramienta útil para medir la capacidad de respuesta al cliente. Nuestro sistema debe conocerlo y acordarse de sus necesidades pasadas para solucionar mejor sus necesidades presentes.