Imagina estar en el trabajo y que tu jefe te diga, que te animes y que eches una pachanga en el futbolín o que te sugiera jugar con un videojuego inspirado en el famoso “FarmVille”. El primer pensamiento que te puede venir a la cabeza es: ¿Y qué clase de empresa hace esto? Pues bien, esto se debe a la gamificación, que ha despertado el interés en el mundo laboral, un término que mezcla marketing, juegos y psicología para crear experiencias que involucran al empleado para así mejorar posibles problemas de motivación, de falta de esfuerzo o productividad.
Los juegos y los retos no pasan de moda. Y así se consigue implicar a toda la plantilla de tu empresa para entre otras cosas mejorar los resultados y ahorrar. Esas fueron algunas de las conclusiones a las que llegaron los jefes de la compañía alemana Siemens o de la española Correos, que ya han recurrido a este tipo de actividades. ¿Con que intenciones?
La primera de ellas con el fin de que a través del juego “PlantVille” todos los empleados se conociesen entre ellos mediante, supieran las diferentes conexiones que existen entre cada sección de la planta y que ayudarán a renovar la estrategia empresarial a través de la “Plantville Café”, a cambio los empleados conseguirían premios. La segunda empresa, Correos, propuso un juego que consistía en revisar las más de 160.000 páginas de su web para renovarla en un plazo de 13 días, a cambio obtenían puntos. El premio: 700 regalos, que iban desde una tablet a un simple llavero además de la motivación que suponía ganar a los compañeros y el reconocimiento de ver sus ideas convertidas en la nueva web corporativa.
Y es que, según la consultora Gartner, el 70% de las organizaciones ya ha aplicado la gamificación en algún aspecto de su empresa, y para 2015, el 25% la habrán implementado en algún proceso interno.
En España, donde más implantación tiene es el área de marketing, conocidas empresas como BBVA crearon la aplicación BBVA Game para promocionar el uso de los servicios online del banco, la forma era simple, había que navegar por bbva.es para acumular puntos que posteriormente eran canjeados por diversos premios. Canal + desarrolló la app “Vive Poniente” centrada en la serie Juego de Tronos. Además de poder compartir contenidos se podía desbloquear logros y conseguir viaje a Dubrovnik para dos personas y otros premios. O la Fundación Vodafone, en colaboración con la Fundación Atresmedia puso en marcha una iniciativa solidaria para realizar una donación al Plan de Ayuda Escolar de Cruz Roja mediante la descarga por pago de app en el que se animaba a pasar “la bola” a otros, en todo momento se podía saber dónde estaba la bola en la web www.pasalabola.es y con esta campaña se consiguió cerca 200.00 euros.
Estas técnicas de gamificación se han convertido en una táctica idónea para mejorar la experiencia del cliente, aumentar los beneficios y afianzar el tan conocido branding. E incluso en nuestro país, ya se han celebrado dos ediciones de la Gamification World Congress, un evento para entender este término de la mano de los mejores expertos del sector.
España, está intentando adelantar posiciones con la gamificación sobre todo en el ámbito laboral aunque lentamente. Todo esto tiene premio, exprimir las potencialidades de los trabajadores y evitar la tan temida fuga de talento con risas y buen ambiente entre empleados y jefes. Según los expertos, gamificar en el trabajo incrementa el compromiso del empleado con la empresa, un salario se puede conseguir en cualquier trabajo pero recompensas y premios de forma dinámica no se logran en cualquier lado. También aumenta el entusiasmo y la precisión del empleado y, por consiguiente, la productividad empresarial, la cadena de distribución Candelsa, que gestiona las tiendas Confort y Tien21 decidió adentrarse en esta novedosa técnica encargando misiones a los comerciales de la tienda física para que cooperaran y compitiesen. Además mejora la comunicación interna y la corporativa, pongamos otro ejemplo, Deloitte se puso manos a la obra animando a sus empleados que compartieran en sus redes sociales personales aspectos relacionados con su actividad laboral con la intención de mejorar la imagen de marca.
Con estos ejemplos seguro que alguno le ha entrado la envidia de que su empresa no tenga estas técnicas de gamificación. Y para aquellos que ya las tienen. Es probable que, cuando se siente de nuevo en su mesa tras una partida de ping pong o cualquier actividad lúdica, no sólo se sienta más cansado sino significativamente más feliz. ¿O por qué no conseguir que los procesos de reclutamiento y captación del talento sean divertidos? Estos son sólo algunos ejemplos de lo que se avecina.