Antes de la crisis (fechada en 2007), se hablaba de unos profesionales muy capacitados pero un sambenito salarial, el mileurismo. Un fenómeno propio de los jóvenes sobradamente preparados pero que, muy a su pesar, sufrían en sus nóminas los pecados de un mercado precario; ahora los derroteros han tomado otro cariz y la presente situación económica, además de barrer con millones de empleos mileuristas, ha servido para echar al mundo laboral a otra especie: los “inframileuristas”.
De hecho, según un informe sobre la evolución de las retribuciones en España elaborado por la escuela de negocios EADA y la consultora de recursos humanos ICSA, la brecha salarial entre directivos y empleados ha “echado barriga” en 2012. Concretamente, un 4% más durante “el año en que vivimos peligrosamente”.
El estudio se ha basado en 80.000 datos salariales y revela cifras que, si no eres un mandamás empresarial, no te sentarán nada bien; pues, al parecer, durante el pasado año, el salario medio de los directivos de empresas aumentó un 3,16%, hasta los 75.106 euros, mientras que el correspondiente a los mandos intermedios se mantuvo alrededor de los 37.700 euros. Por su parte, la remuneración de los empleados mermó aproximadamente en un 1%, fijándose en los 21.408 euros.
Además, parece que pertenecer al ramo de la banca y andar en su cabecera ya no implica gozar de un nómina de primera, dado que, por primera vez, los ejecutivos de la industria aventajan a los de las finanzas en eso de cosechar ceros a la derecha. A juicio de Ernesto Poveda, director del informe, esta situación se explica en parte, por el "fuerte descrédito" que ha sufrido el sector financiero durante la crisis.
Además, los directivos que se estrenan en el puesto cobran entre un 30 y un 40% menos que sus predecesores, una situación que se produce, sobre todo, en los sectores de servicios e industria.
Por supuesto, el documento no se limita a enunciar los defectos de nuestro sistema de emolumentos, sino que apuesta por el cambio y sugiere unas líneas a seguir por los más valientes. De este modo, los expertos defienden un modelo flexible en el que los salarios no sean fijos y uniformes, y en el que estén presentes factores como el rendimiento o la productividad.
Poveda incluso baraja la posibilidad de limitar por ley el sueldo máximo de los directivos, de manera que no superen en un determinado número de veces la remuneración mínima que cobran los trabajadores de su empresa.
Desde Websa100, ignoramos si los que deben hacerse una chuleta con los datos que se desprenden de este informe andan en ello o, si más bien, han sacado cita con el médico para extirparse la sensibilidad social. Sentiríamos mucho que los responsables se decantasen por esta última, dado que la desigualdad es de las peores enfemedades que puede contraer una sociedad.