Todos hemos escuchado más de una vez que en España faltan emprendedores y actitud de emprendimiento, particularmente, entre los jóvenes. Hace unos meses, Zaryn Dentzel (el joven fundador de Tuenti) corroboró esa teoría y animó a los españoles a aprovechar los momentos de crisis actuales, para poner en marcha proyectos innovadores sin arredrarse ante las dificultades. El empresario puso énfasis en la idea de ser persistente y arriesgar, como únicos caminos válidos para lograr el triunfo.
Eduard Punset también se ha manifestado en ese sentido y ha resumido los trabajos de prestigiosas consultoras, que se han encargado de estudiar el fenómeno del déficit de emprendedores en España. De forma muy resumida, puede decirse que el miedo al futuro, a quedar desarraigado del entorno social, el rechazo al trabajo sacrificado, el temor a ser explotado y la necesidad de conciliar las vidas laborales y personales son las grandes razones que motivan la falta de iniciativas emprendedoras en nuestro país.
No obstante, los jóvenes españoles tienen una gran ventaja, su deseo constante por aprender. Por tanto, son receptivos y, seguramente, las cifras de emprendedores serían bien distintas, de existir prácticas sociales más acordes con las preocupaciones y deseos de los ciudadanos.
Siguiendo el planteamiento de Eduard Punset, sería más sencillo cambiar el sistema de valores de los jóvenes que el conjunto de las prácticas sociales. Por eso, se hace necesario invertir en competencia emocional, mostrando modelos atractivos a imitar, construyendo una universidad más práctica y multidisciplinar, enseñando el valor del trabajo en equipo, las formas de vencer el miedo a arriesgar etc.
Las conclusiones a las que llega Eduard Punset son análogas a las del Libro Blanco de la Iniciativa Emprendedora en España. Según este documento, el emprendimiento puede enseñarse en la escuela y debería potenciarse entre los jóvenes, para mejorar competencias como la autonomía, la confianza en uno mismo, la adopción de decisiones en momentos de riesgo, la cultura del fracaso etc.
Pero el Libro Blanco de la Iniciativa Emprendedora en España también concluye que una mejora de la financiación de los proyectos de negocio sería igualmente beneficiosa, para incrementar las cifras del emprendimiento en nuestro país.
La solución, por tanto, no es sencilla. A la mejora de los sistemas de financiación, solución que podría adoptarse en un período corto de plazo, habría que añadirse una imprescindible mentalidad emprendedora, surgida en la escuela a edades tempranas y cuyos resultados tardarían tiempo en aflorar.