Más allá del dato meramente clasificatorio, desvelado por la Dirección General de Industria y de la Pyme (DGIPYME) y Fundetec mediante el informe ePyme 2011, que sitúa a las empresas de hostelería en un destacado primer puesto en cuanto a uso de las redes sociales como medio publicitario y distribuidor de sus servicios, lo verdaderamente importante es que este sector está señalando el camino adecuado al resto de pequeñas y medianas empresas de nuestro país.
El informe, que establece relaciones y hábitos de uso entre pymes e Internet y redes sociales otorga al sector hotelero un aceptable porcentaje, sobre el 50%, de empleo de las redes sociales como herramienta de negocio y marketing. Lo que sin duda está relacionado con el elevadísimo uso del comercio electrónico o compra-venta on line de los hoteles y casas rurales: un 92% de estos negocios ya han incorporado este método. Es decir, las empresas hoteleras españolas, incluyendo las de tamaño pequeño y mediano, ven en las redes sociales una forma de marketing y publicidad directa capaz de animar al cliente potencial a adquirir su reserva de habitación de forma on line.
Pero este estudio deja también muy claro que la hotelería es únicamente la excepción a la regla, puesto que hoy en día las pymes españolas son un alumno muy desaventajado en uso de redes sociales, con muchos deberes pendientes de realizar y en claro peligro de fracaso escolar. En el último lugar de la fila se situaría el sector del transporte, con un grado de penetración de uso en social media de un exiguo 9%. Afortunadamente, el comercio minorista y el sector de la artesanía asoman la cabeza como alumnos que progresan adecuadamente con un 36 y 35 %, respectivamente, de utilización de Facebook, Twitter y compañía.
Por consiguiente, el sector de la hotelería ha dejado ya una estela que hay que seguir. El modelo de marketing y la publicidad generalista con mensajes impactantes pero de escaso contenido, dirigidos a todos por igual, cada vez sirve de menos. Ahora se estilan los argumentos y lo contenidos personalizados, donde cada usuario se sienta único y pueda informarse y adquirir un producto sin necesidad de despegarse de su ordenador o dispositivo móvil de acceso a Internet. Y todo este proceso, entendido de forma integral, solo es posible a través de las redes sociales. A grosso modo, el camino está marcado, pero las estrategias concretas deben ser construidas por cada sector, por cada empresa. Las posibilidades son ilimitadas y accesibles, puesto que el marketing por redes sociales tiene la gran ventaja de no precisar ni de grandes infraestructuras ni de imposibles inversiones económicas.